Edward Mordake, heredero de un par inglés, fue un hombre que poseía una cara adicional en la parte posterior de su cabeza, que no podía ni comer ni hablar, aunque podía reír y llorar. Edward rogó a los médicos que le extirparan esta "cabeza demoníaca" porque, le susurraba en un lenguaje satánico por las noches según él, pero ningún médico lo intentó. Así que se suicidó a los 23 años.
Es difícil establecer los hechos detrás de la condición de Edward Mordake debido a la falta de registros médicos fiables. Ni siquiera están registrados una fecha de nacimiento o defunción, y hay versiones contradictorias sobre su suicidio, así como la situación de su cara adicional. Gran parte de lo que se sabe está basado en la narración oral.
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